Fotoprotección. Prevén a futuro el cancer de piel en los niños.

Entendemos por fotoprotección al conjunto de medidas que podemos utilizar con el fin de proteger a la piel de la agresión producida por la exposición a los rayos solares. Incluye medidas físicas de evitación y el uso de fotoprotectores con el objetivo de prevenir posibles daños de la radiación ultravioleta en la piel.

¿Por qué es importante protegernos del sol?

El sol es la principal fuente de radiación, la cual se manifiesta como rayos UVA UVB y UVC. Los primeros son los responsables del envejecimiento de la piel, mientras que los segundos son los responsables de las quemaduras solares y el cáncer de piel. Los rayos UVC son prácticamente bloqueados por la capa de ozono.

Se calcula que al cumplir 18 años, muchos individuos ya han recibido entre 50% y 80% de la radiación a la que se verán expuestos a lo largo de su vida, de esta manera la exposición a los rayos UV durante la infancia aumenta el riesgo de desarrollar melanoma y cáncer de piel no melanoma en la edad adulta.

¿Cómo me protejo del sol?

Existen dos tipos de fotoprotección, la endógena y le exógena, la primera son los mecanismos que nuestra propia piel desarrolla para protegerse del sol, mientras que la protección exógena puede ser mediante medidas físicas o el uso de fotoprotectores.

Medidas físicas

Se recomienda que los menores de seis meses de edad no se expongan al sol sin medidas físicas, ya que no existe ningún filtro solar aprobado para su uso en esta edad.

Evita exponerte al sol en sus “horas pico” que son entre las 10 am y 4 pm.

Siempre busca “estar en la sombrita”, ya sea en parques donde hay árboles, o sombrillas para protegerte del sol.

Ropa y traje de baño adecuados; la tela oscura y de tejido más cerrado (como la mezclilla) protegen mejor del sol. Existe ropa con protección solar (UPF) así como trajes de baño, los cuales se prefiere que sean de manga larga y cuello altos.

Se recomienda utilizar sombreros de ala ancha o con un mínimo de 7cm que cubran la piel cabelluda, la cara, orejas y cuello, de preferencia que sean de tela cerrada o con UPF.

Utiliza Lentes para el sol que tengan protección solar, los cuales existen para todas las edades.

Filtros solares

Los filtros solares pueden ser físicos (también llamados inorgánicos o pantallas minerales) o químicos (orgánicos). Los primeros actúan dispersando los rayos UV y protegen tanto de los rayos UVA como UVB (amplio espectro). Los segundos dispersan y absorben los rayos solares, principalmente los UVB.

El factor de protección solar (FPS) es la medida más utilizada para evaluar la eficacia de los protectores solares. Sin embargo, es un índice que provee información sobre UVB y no sobre UVA. La FDA (Food and Drug Administration) sugiere que se les denomine de acuerdo con el grado de protección que ofrecen, factor de protección solar bajo (2-15), medio (15-30) alto (30-50) o muy alto (50+).

¿Cuál y como utilizarlos?

En el caso de los niños mayores de seis meses de edad y personas de piel delicada  es recomendable que se utilice un filtro solar físico (inorgánico o pantalla mineral) ya que son menos tóxicos, tienen un efecto protector inmediato y son de amplio espectro (UVA y UBV).

El filtro solar debe aplicarse cada dos horas y con más frecuencia si estas en contacto con agua como en una alberca o playa. Ningún filtro solar tiene un efecto mayor de 50 minutos en contacto con el agua.

Debemos aplicar lo equivalente a dos cucharitas pequeñas para toda la superficie corporal de que no cubre el traje de baño.

Es importante también proteger los labios con bálsamos que también contienen filtro solar.

Poniendo el ejemplo.

La mayoría de las campañas de fotoprotección van dirigidas a los niños porque se ha demostrado que estas prácticas deben comenzar lo más temprano posible para hacerlas un hábito, pues los comportamientos que se adquieren en edad temprana tienden a perdurar toda la vida.

Para lograr disminuir la incidencia de cáncer de piel es necesario promover la fotoprotección entre los padres, pero sobre todo entre los niños, mediante campañas educativas que incrementen el conocimiento de estas medidas y que favorezcan cambios en nuestro comportamiento respecto a la exposición al sol. En esta labor educativa los padres, pediatras y dermatólogos tienen un papel fundamental.

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